Artículo

Nº 13 José Ivars

23/12/2020

Un fraude a Correos en Arcos.

Publicado el 24/12/2020 a las 10:24:50

De cómo los sellos se levantaban de las cartas en Arcos de la Frontera.

José Ivars

        


En esta ocasión os ofrecemos un interesante artículo publicado por el buen amigo e investigador José Ivars Ivars, publicado en Ifac Filatélico y Gades Filatélico sobre un interesante fraude en la villa de Arcos..



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  La picaresca es ese arte que es tan antiguo como la humanidad. En todas las facetas de la vida vamos a encontrar gente amigo de lo ajeno, o simplemente individuos que ven la oportunidad de saltarse las reglas establecidas a la primera de cambio. Y lo filatélico como tal, no se iban a librar de ello. Aunque lo que nos trae hoy aquí, no es un acto acometido por filatelistas. ¡Todo lo contrario! Fueron los propios funcionarios del ramo de Correos, pero allá por la mitad del Siglo XIX.

        El fraude, engaño, la picaresca y otras aficiones con un mismo común fin, ya lo encontramos incluso cuando el primer sello de España ve la luz en el año 1850, sello que se convirtió además en el primero que fue falsificado en el mundo, falsificación que fue detectada a los pocos meses de que nuestro primer sello empezase a usarse, y a pesar de que según crónicas de la época, se tomaron en su fabricación, todas las medidas necesarias para evitar precisamente que fuese falsificado.

        Pero el de hoy no es un tema de falsificaciones. Hoy viajamos en el tiempo para leer 2 crónicas periodísticas aparecidas en la prensa de la época. Concretamente la noticia que vamos a describir fue publicada en la fecha del 25 de marzo de 1895 en los rotativos “El Siglo Futuro” y “El Correo Español” (y seguramente en muchos más). La noticia se origina en la ciudad gaditana de Arcos de la Frontera, y uno de los periódicos lo titula como “Fraude en Correos”.

        Según se describen los hechos, tanto el Administrador de la Oficina de Correos de Arcos de la Frontera, D. Manuel Rodríguez Morales, junto al Cartero Manuel López Cebada y el celador (desconocemos la función postal que desempeñaba) Manuel González, “levantaban” los sellos de las cartas, antes de que estos fuesen matasellados y con ello anulados, y los sustituían por otros que cogían de las cartas que llegaban a la población, e incluso se menciona que unos banqueros de Arcos de la Frontera, los Hermanos Prieto, a cambio se les permitía que pudiesen depositar en los buzones, la correspondencia sin franquear.

        En ningún momento se especifica en qué fecha o fechas ocurrieron los hechos, de los que la Guardia Civil tuvo conocimiento por las denuncias que los propios vecinos fueron presentando. Tan solo se menciona que “…los robos venían cometiéndose desde hace tiempo…”, y la propia Guardia Civil pudo ser testigo de lo denunciado al personarse en la Administración de Correos de Arcos de la Frontera y encontrarse con “…cartas con los sellos levantados, un paquete de los mismos ya servidos, (…) y siete pliegos sin sellos procedentes de la casa del Sr. Prieto…”. Y da la casualidad de que el tal Sr. Prieto, el banquero que estaba metido en esta trama defraudadora al correo, en el momento de la redacción y publicación de la noticia, 25 de marzo de 1895, era el Alcalde de la localidad. ¡Vaya con el Sr. Alcalde!

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  Al final, la autoridad se impuso, la ley actuó, y todos acabaron presos. Todos… menos el Sr. Alcalde, que debió (suposiciones) contar con un buen abogado que le hizo librarse de prisión. Por acciones como esta (o similares), Correos tuvo que tomar cartas en el asusto, y fueron muchas las circulares dirigidas a los respectivos Administradores de oficinas y carterías, en las que se les recordaba la obligación de que la legalidad vigente fuese cumplida por todo el personal.

        De entre las muchas circulares remitidas, una de ellas de septiembre de 1901, hace hincapié en las numerosas quejas que llegan a Correos por la entrega de la correspondencia “sin sellos”, que han sido previamente arrancados o despegados de las cartas. Pero en esta ocasión Correos pone el ojo de ese incumplimiento de las normas establecidas en otro fin: Nos echa la culpa a los filatelistas.

        Pero este será otro tema a tratar y conocer. Hoy el que nos ha llevado aquí tiene una peculiar trama, y con ella se demuestra que por aquel entonces, la reutilización de los sellos de correos, era un negocio y muy sustancioso.

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